24.9.08

TE AMO, TE ODIO, DAME MÁS

Escribe: Diego Recagno
Camino.
Unos pasos. Está ahí. Siempre está ahí. Desde que tengo independencia de movimientos. Desd
e antes también. Pero antes era inalcanzable. Inaccesible.
Te odio.

Sos el símbolo de un capitalismo sangriento. De una globalización que inflama las entrañas y corroe los huesos. Nos enferma. Y enfermas están las almas de los que te consumen, de los que te veneran, de los que creen que servís para saciar lo que no sacias. No hacés bien. No me hacés bien. Ya no me queda lugar para la amenaza. Cuando te vea, te voy a agarrar del cuello hasta exprimirte. No va a quedar en vos ni una gota de existencia. Voy a transformarte en deshecho como vos lo hacés conmigo.
Te evito.

Hasta que ya no puedo más. Te dejo de lado hasta que te tengo conmigo.
Te tengo.
Aunque me cueste tu frío. Aunque me hagas rugir frente a los que amo. Aunque me hagas crecer los costados y el frente. Aunque me tenga que pelear con los que me acompañan en esta vida, por la forma en que te tratan. No saben moverte. No saben que si te dejo desnuda, es porque te vuelvo a tener segundos más tarde. No saben que me hacés libre del óxido del tiempo.
Por todo eso, hoy y siempre, te invito a comer. Eso mismo le dijo mi bisabuelo Rogelio a su mejor amigo Alfonso. Rogelio estaba lleno de vida, hasta que vació su copa. Lo envenenó Alfonso para poder quedarse con su mujer. Su mujer se llamaba Leonilde, pero le decían “Coquita”. Rogelio murió por la tentación ajena. Yo, al menos, moriré por la mía.
Diego Recagno es actor, improvisador, amigo y tiene rulos.

No hay comentarios: